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Sobre las declaraciones de Ciro Zabala: http://mujeresenelsigloxxi.blogspot.com/2014/08/ciro-zabala-candidato-pide-ensenar-las.html?showComment=1408560604428
Category abuso sexual, ASI, Ciro Zabala, Elecciones Bolivia 2014, estado, legislación
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El cuerpo que tengo no es el mío. No hasta que lo recupere totalmente: el control sobre él, entender que es mi primer territorio de resistencia, que aprenda a cuidarlo mejor, que no me traicione con sus espasmos, que no me de asco de vez en cuando, que no sea sólo esa cáscara impuesta, que no sea el recordatorio del abuso, que no me haga pensar "es solo mi cuerpo, que le hagan lo que quieran, lo importante es quién soy yo", que no sienta que odio tenerlo porque es a él al que abusaron, que fue el motivo de estos dolores.
La culpa que tengo no es culpa mía. Y temo que no voy a poder entender porqué no es culpa mía hasta que no recupere mi cuerpo. Y temo no recuperarlo porque allí están los culpables impidiendo que lo haga, así como se lo impiden a miles de niños y niñas, a miles de mujeres y hombres. Es que el o la culpable no sólo es la persona que comete el abuso, también están los culpables cómplices, los culpables que omiten, los culpables que niegan, los culpables que te hacen sentir culpa, los culpables que son negligentes, los culpables que hacen las leyes, los culpables que no destinan recursos a los sistemas legales, los culpables que minimizan el tema, los culpables que no educan, los culpables que validan, los culpables que te victimizan.
Está él (de esos otros no hablaré ahora, aún no puedo), culpable de destrozar mi infancia. Está su familia, culpable de no educarlo, de no darse cuenta, de socapar muchas de sus actitudes y acciones -no digo precisamente esta, pero una cosa lleva a las otras-. Está su madre, que estoy segura que lo sabe todo... no del abuso hacia mí precisamente, pero no puedo creerme -aunque así lo desee y sueñe- que él sólo abusó de mí y de nadie más, que sólo fue un lapsus de algunos años en su vida y que, además, ese lapsus fue selectivo con una sola persona. No puedo creer que sea dirigente scout, que siempre haya estado dispuesto a cuidar a los y las niñas cercanos, que haya sido el niñero en las fiestas de sus amigos, sin que eso signifique lo peor que podría significar. No puedo creer que aún pueda hacerle esto a otras vidas y que yo lo permita porque no lo he desenmascarado.
Está mi familia que es culpable por no darse cuenta porqué yo no comía cuando era niña, de dejarme sola con él, de no preguntarme porqué estaba triste, de no volver a hablar del tema conmigo después de que se los conté. Está mi madre que no podía cuidarse a ella misma tampoco,que no pudo aplicar sus conocimientos sobre la infancia, los derechos de la infancia y los fantasmas que persiguen esos derechos conmigo, que no supo detectar, que no me habló ni enseñó qué demonios era ese cuerpo que yo traía por cáscara. Que cuando me habló y me dijo que nadie tenía derecho a tocarme, los abusos llevaban años ya, se habían normalizado en mi vida al punto de gustarme, de buscarlos... sabiendo ella que era más posible que existieran abusos cuando era más niña, cuando había más extraños en casa, cuando estaba yo lejos.
Está la escuela y están sus maestros/as que nunca se plantearon la necesidad de hablar sobre este tema. Está el sistema educativo que no exige que los y las maestras sean también responsables de proteger a la infancia. Está la educación que no toca el tema y que cuando lo toca sólo te enseña a cuidarte, pero nunca enseña al o a la abusadora a no abusar, a no destruir.
Está la legislación vigente que es inútil. Están los y las funcionarias legales que no tienen tacto. Están las leyes que no me permiten denunciar porque ha pasado mucho tiempo... tal vez el que necesitaba para poder asimilar lo que había pasado... pero no piensan que si denuncio ahora, en realidad, no es por mí ni para que el abusador tenga una condena, sino para que el abusador no tenga más oportunidad de hacerle lo mismo a otros niños y niñas. A mí, personalmente, no me sirve de nada denunciarlo. No me quita los traumas ni las secuelas, no me devuelve mi integridad, no me permite tener una vida sexual plena o sana, no me devuelve las relaciones amorosas en las que no he podido disfrutar y no he dejado que esa otra persona disfrute, no me quita de la historia los múltiples intentos de suicidio, ni las situaciones de riesgo en las que me he puesto. Verlo en cárcel -situación tan poco probable en este sitio en el que la justicia no existe y menos para una mujer y menos para una víctima de abuso- tampoco me sirve, no saco victoria con la venganza, no me haría sentir mejor saber que lo pasa mal. Denunciarlo y verlo en la cárcel en realidad me sirve para dormir algo más tranquila sabiendo que no apareceré en la lista de culpables de otras personas que han sido abusadas porque yo callé esto que me pasó; le sirve a otros niños y niñas para tener una amenaza menos en sus vidas, les sirve a otras familias para dormir más tranquilas, le sirve hasta al puto Estado para tener una persona menos que lo culpe de negligencia.
Está la sociedad en la que vivo, con sus falsas moralidades y sus grandes tabúes. Está esa sociedad que reprime mi sexualidad también, que hace que mi cuerpo siga siendo esa cáscara inútil y asquerosa. Está la imposibilidad de ponerme una puta falda corta, porque me cohíbe... está la sociedad que me obliga a ocultar mi cuerpo, a no cuidarlo ni quererlo, pero me exige feminidad, me reclama moda y estilo, me exige que me vista de determinadas formas en determinadas ocasiones. Está la sociedad que prefiere pretender que somos mejores personas si hacemos del cuerpo, el sexo y la sexualidad un secreto. Y eso, ese secreto, ese tabú, ese moralismo falso, eso es lo que las y los abusadores aprovechan para abusar, para decirte que te calles, para que la culpa recaiga siempre en la víctima. Quiero sexo, quiero disfrutarme, pero estas moralidades y ese acecho social que juzga y murmura, me hacen sentir mal, culpable, en deshonra, avergonzada, asquerosa... y eso que siento, hace que poco a poco vaya justificando a cada uno de los culpables en esta lista y que llegue al punto de partida y que crea, otra vez, que la culpa es mía. Y que así culpable, odie otra vez a mi cuerpo y no lo recupere nunca... y no me recupere nunca...
Category abuso sexual, cuerpo asqueroso, cuerpo como territorio de resistencia, culpables del abuso sexual, estado, legislación, sociedad, violencia sexual
Estoy lejos... estoy como siempre mal del alma
Estoy como siempre borracha... estoy como siempre heredera de los males..
Me voy, donde sea pero tengo que correr... no hoy porque la corresponsabilidad común me llama... tal vez mañana que sólo soy conmigo misma,...
Category abuso sexual, culpa, negación, sexualidad, teorizar
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Category culpa
Category culpa, manías, porno, sexualidad, terapia
Hay varias cosas que debo dejar en claro, aunque temo adelantar terapia soltándolo todo... cuando se supone que lo haga poco a poco, recordando, meditando y sin sacar más de lo que pueda soportar. Pero, bah!, quién dice que debe ser así. La terapia sexual que he iniciado tiene varias causas y consecuencias, el problema es que no sé cuál es cuál ni qué tienen que ver entre ellas. Especifico:
a) Siempre he sido sexual, mi primer recuerdo sexual es de mis cuatro o cinco años.
b) Siempre he sido bisexual, aunque recién lo acepto. Mi primer recuerdo sexual es con una mujer, de la misma edad que yo.
c) Siempre me he masturbado. Desde niña y con objetos.
d) No sé si catalogarlo como abuso, porque me gustaba a pesar de la culpa. Pero sí experimenté, desde mis siete años, experiencias sexuales con hombres que eran mayores, mucho mayores que yo.
e) Me encanta el sexo. Pienso en ello una buena parte del día. Me masturbo (me autoexcito) sin que se note en cualquier lugar.
f) No sé lo que es un orgasmo.
g) A veces podría leer el periódico mientras tengo sexo. Pero me encanta el sexo. Pienso que es más la sensación de que algo va a pasar a que pase realmente.
h) Me gusta el masoquismo psicológico, no el físico... aunque no me negaría a que me amarren, o me encierren. Lo de los golpes, quemaduras y esas cosas no me van.
i) Me excito más sola que cuando tengo interlocutor.
j) Fui a una terapia en la que me dijeron que escriba una carta en la que exprese toda mi bronca hacia mi abusador. Nunca pude hacerlo.
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Category abuso sexual, coincidencias, terapia
Category manifiesto, sexualidad, terapia