Terapia sexual: un punteo de causas y consecuencias


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Hay varias cosas que debo dejar en claro, aunque temo adelantar terapia soltándolo todo... cuando se supone que lo haga poco a poco, recordando, meditando y sin sacar más de lo que pueda soportar. Pero, bah!, quién dice que debe ser así. La terapia sexual que he iniciado tiene varias causas y consecuencias, el problema es que no sé cuál es cuál ni qué tienen que ver entre ellas. Especifico:
a) Siempre he sido sexual, mi primer recuerdo sexual es de mis cuatro o cinco años.
b) Siempre he sido bisexual, aunque recién lo acepto. Mi primer recuerdo sexual es con una mujer, de la misma edad que yo.
c) Siempre me he masturbado. Desde niña y con objetos.
d) No sé si catalogarlo como abuso, porque me gustaba a pesar de la culpa. Pero sí experimenté, desde mis siete años, experiencias sexuales con hombres que eran mayores, mucho mayores que yo.
e) Me encanta el sexo. Pienso en ello una buena parte del día. Me masturbo (me autoexcito) sin que se note en cualquier lugar.
f) No sé lo que es un orgasmo.
g) A veces podría leer el periódico mientras tengo sexo. Pero me encanta el sexo. Pienso que es más la sensación de que algo va a pasar a que pase realmente.
h) Me gusta el masoquismo psicológico, no el físico... aunque no me negaría a que me amarren, o me encierren. Lo de los golpes, quemaduras y esas cosas no me van.
i) Me excito más sola que cuando tengo interlocutor.
j) Fui a una terapia en la que me dijeron que escriba una carta en la que exprese toda mi bronca hacia mi abusador. Nunca pude hacerlo.